La realidad de un proceso de paz duradero en el país, depende según el Gobernador de Risaralda, Carlos Alberto Botero López, del éxito que se tenga en la articulación de los diferentes sectores sociales, económicos y culturales, que se vea reflejado en ciudadanos intelectualmente bien formados y con mejores oportunidades de insertarse en el grupo de población económicamente activa.
Para el mandatario, los acuerdos y firmas de documentos que lleven a cabo el Gobierno y los grupos alzados en armas, para consolidar la paz, se constituyen en un buen paso, pero siempre y cuando esté acompañado de procesos de cambio en la forma de pensar de las personas.
“La Paz es una realidad que debe tener el país algún día, y por tal razón, exalto y reconozco el esfuerzo de las partes por lograr esa meta. Sin embargo, lo que si les he manifestado claramente al Presidente de la República y al Ministro de Defensa, es que la paz no se alcanza solo con un acuerdo o una firma, esta se convierte en realidad, cuando se logra una articulación de los sectores frente a un proceso que lleve al cambio de mentalidad de la gente”, explicó Botero.
El camino correcto es diseñar y poner en marcha un modelo educativo distinto, que permita la formación técnica y profesional de los colombianos, que permita reactivar los procesos productivos de las regiones.
“Si seguimos en esta dinámica de firmar un acuerdo de paz, y el modelo educativo del país no cambia y el sector agropecuario no toma el rumbo que se estipuló en el acuerdo, no se consolidará la reforma coherente que necesita el país”, manifestó el mandatario.
Lo importante a reconocer en este proceso, agregó el mandatario, es que la desaparición de las FARC, va más allá del acuerdo, se concentra en el cómo hacerlo y mantenerlo en el tiempo, porque saldrán otros grupos armados con otras necesidades sociales, y se caerá nuevamente en un círculo vicioso.
Risaralda con tierras para Reforestación
Para Botero, afortunadamente el departamento no cuenta en la actualidad con grupos armados y no ha vivido situaciones tan fuertes con los grupos alzados en armas, como otros departamentos del país, donde los efectos más nefastos, han sido el desplazamiento forzado y la pérdida de tierras.
“Los sitios donde hubo en algún momento grupos armados, se han convertido en zonas para reforestación. Aunque esperamos que la gente se pueda vincular a través del sector agropecuario en esta reforestación productiva para el Futuro y por qué no, generar una política de Restitución de Tierras o de Trabajo, como lo ha planteado el gobierno nacional, en ese acuerdo de las FARC”,manifestó Botero.
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